Diccionario Libre
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"KLOK TU DICE"

No ha sido definido, se el primero en definirlo

DEFINELO TU MISMO

Pero estas palabras estan cerca:

14-mayo-2008 · Publicado por : chulambrico

Rep. Dominicana

988. La Plaquita


Version Dominicana del criquet. La plaquita es un deporte callejero el cual necesita de cuatros jugadores, dos por equipos. Se utilizan dos bates de baseball o un par de palos, una pelota, un par de guantes (no indispensable).
Se puede jugar a mano pela' y un par de placas de vehiculos o chapas de registracion (casi siempre tumba'),se gana por el que tenga mas carreras.
Se colocan las placas luego de doblarlas en forma de "C" a una distancia prudente entre 30 a 40 pies, en la parte delantera de la placa se dibuja un triangulo o un semi-circulo de acuerdo al gusto de los jugadores, normalmente con un callao' o cualquier piedra que pueda marcar el suelo, ojo!!, no se puede jugar en calle mala (sin asfalto). Si no se esta al turno en el bate se debe siempre tener la punta del bate dentro del home (el triangulo o semi-circulo) sino el contrario puede tumbar la plaquita y es es un out.
Cada ronda tiene un limite de tres out como en la pelota.
Para anotar las carreras hay que correr de un extremo al otro, es la regla, auqnue algunos sufren de hacer coca cando vueltas en el medio y contado de 10 en 10 en vez de hacerlo de dos en dos como es correcto.
Se utilizan dos opciones de carreraje, a 100 carreras o a 200, casi siempre cuando es a 200 no se corre de extremo a extremo, sino que los bateadores se paran en el medio de las dos plaquita y empiezan a dar vueltas y asi anotan carreras.
Este juego tambien tiene su parte mas emocionante, cuando en medio del juego los que estan aguantando dicen "TE LA COMPRO" o los que estan batiando dice "TE LA VENDO", es un reto pues al decir cualquiera de estas frases y el contrario acepta, los bateadores cambian de posicion, el que esta mas cerca del comprador voltea su plaquita hacia el lado del comprador, y compañero del otro extremo se mueve hacia el medio de las dos plaquitas, en este momento el comprador se aleja y a una distancia acordada entre el vendedor y el comprador de la plaquita el que esta aguantando le picha con una malafe enorme que si agarra la placa casi siempre la dobla. Pero si no le da, el equipo que esta batiando tiene dos oportunidades de botar la bola. Normalmente cuando le dan a la bola, cuando compran la plaquita, le dan durisimo y si no ganan quedan cerca del carreraje necesario para ganar.


Ejemplo :

NOTA: "Si no quieres que el dueño de las plaquitas se quille, no le des a la plaquita con el bate al final del juego".

OBSERVACION: Si el juego es a 100 carreras y tu llegaste al carreraje para poder decir "Gane" recuerda tumbar ambas placas con el bate. Si no lo hacen y el equipo que esta aguantado tiene el chance de batear si le completan los tres out tumbando una o las dos placas. Si en el chance que le toca al equipo contrario, anota las carrerras necesarias para ganar y tumban a tiempo sus placas, ganan, si no entonces ganan los idiotas que no tumbaron antes sus plaquitas a tiempo.






Rep. Dominicana

25-mayo-2009 · Publicado por : anónimo

Rep. Dominicana

989. Jevito


Los verdaderos jevitos/as eran gente que usualmente vivian/viven en piantini, naco, arroyo hondo o cualquier parte de la ciudad donde vive gente clase alta. usualmente asistian a colegios como en san judas tadeo, babeque, carol morgan, colegio arroyo hondo y por la tarde al dominco americano o apec para clases de ingles.

tambien usualmente eran miembros del club naco, club arroyo hondo o el country club o el "country". solo escuchavan new wave (erasure, depeche mode etc), un poco de rock en espanol y si oian merengue era solo juan luis guerra (todo lo demas era choperia).

tenian que estar a la moda para no "calentarce" y su corte de pelo favorito era con el pelito medio largo que le cayera en los ojos (para recogerselos con las manos cada 2 minutos) o peinao pa'tra liso con gelatina. sus lugares de preferencia para reunirce (al finals de los 80's principio de 90's) era cineplex, plaza naco, en la lincoln a tomar "diquiri" o a la discoteca "tops" o "chops" como algunos se referian despectivamente por el termino "chopo".

el termino (jevito) se hizo tan popular que la agrupacion Toque Profundo hasta escribio una cancion que se hizo bieeeen popular, aqui esta la letra :

El Jevito, Toque Profundo

El Jevito
Por las calles del pais se ve caminar
un personaje del que oimos hablar


Su cuadre estudiado para impresionar
su baile calmado para no sudar
cigarrillo en mano se pasea por Neon
tropieza a cada rato y no pide perdon
Con su Pet Shop Boys no hay cuento que valga
y maldice al Disk Jokey si pone a Sergio Vargas
el New wave es su adoracion
pero Michael Jackson reina en su habitacion
Coro:
El Jevito puede ser hombre o mujer
vive de la aperiencia hasta mas no poder
El Jevito jura que su estilo es natural
es facil reconocerlos todos visten igual
Su raro caminar, postura GQ
no usa cadenas por no ser cadenu
Plaza Naco es su pais natal
hasta que construyeron Plaza Central
Dice que usar campanas es pecado mayor
y usa cuello tortuga aunque muera del calor


pasa la noche con un solo trago
yo creo que el jevito con la bebida es malo
Coro:
El jevito, individuo peculiar
ella COLORS y el usa DRAKAR
El jevito, es un gigolo natural
con 100 telefonos de chicas a quienes llamar
Sus gafas son Vuarnet o algo parecido
y al decir lo que costaron siempre es tan decidido
Fuma More aunque le irrite la garganta
por mejor su look que el dolor aguanta
Coro:
El jevito, figura de nuestra ciudad
fruto de nuestra loca, loca sociedad
el jevito, a veces nos hace reir
pero si no existiese a lo mejor no tuvieramos
de que escribir


Ejemplo :

El jevito con sus jeans Cavaricci y Edwin.






Rep. Dominicana

20-marzo-2015 · Publicado por : anónimo

Rep. Dominicana

990. Lapiz Conciente


Avelino Figueroa, intérprete de Hip-Hop que se ha autodenominado "el papá del rap dominicano" aunque el hip-hop en RD existe desde los años ochenta. Su popularidad es alta entre el público infantil y juvenil quisqueyano.
La estrategia del Lápiz es venderse como un "rebelde" para captar los instintos de la niñez y juventud de las clases populares dominicanas, y recurrir a la división social para hacer ver a los artistas con más formación musical que él como supuestos "enemigos" del pueblo, que a su juicio no merecen el apoyo del público porque "no son de barrio". Esto sucede por ejemplo cuando ataca a Vladimir Dotel y principalmente cuando se refiere a Juan Luis Guerra, a quien de vez en cuando menciona despectivamente en redes sociales, porque cree que es un "blanquito rico que no salió de un barrio" (cuando en realidad JLG se crió en Ciudad Nueva). Su desprecio a artistas con formación musical proviene indudablemente de un sentimiento de envidia, que compensa con su éxito, del cual se jacta constantemente pues lo entiende como una "venganza" de clase.
Además de este profundo resentimiento (que no siempre logra ocultar) hacia artistas establecidos y consagrados, se refleja su inmenso orgullo y pedantería, y sus ansias de atención, al exigir premios como los Casandra-Soberano aún cuando no existía una categoría para la música urbana. En esa ocasión no se le dio ningún galardón, y naturalmente se dedicó a desacreditar a Acroarte. Así mismo hace con todo el que no le gusta su estilo de música, lo que nos trae de nuevo el tema de la "venganza" y la búsqueda de la humillación del contrario (comprobable en una de sus canciones donde dice que los que antes no lo apoyaron ahora son sus fans). El Lápiz busca constantemente que lo aclamen y lo reconozcan, y cuando no lo consigue, recurre a decir que le tienen "envidia" y le aflora el resentimiento.
El contenido de sus temas se refiere en su inmensa mayoría a vicios juveniles dominicanos: sexo desenfrenado, alcoholismo, consumo de marihuana, y también suele grabar "tiraderas" llenas de insultos a otros raperos y cantantes de otros géneros. Ante las protestas por el estilo de sus letras, suele escudarse con temas románticos y otros de contenido "social" que no son más que pretextos, pues los problemas derivados de la corrupción administrativa en la RD son reales, pero no tienen nada que ver para justificar que un sujeto esté incitando a los niños a fumar marihuana y tener sexo irresponsable.
Finalmente, sus fans son uno de los grupos más agresivos e hipersensibles que existen en la música dominicana. Se recuerda una discusión que el Lápiz tuvo con el presentador Roverto Cavada sobre una foto controversial que el rapero publicó, donde aparecían niños simulando tomar alcohol. A seguidas sus fans rellenaron el Twitter de Cavada con insultos por todos lados, incluso en los mensajes de felicitaciones por festividades. El comportamiento de los fans del Lápiz es salvaje, irrespetuoso, ciego, indiscriminado, y harán todo lo posible por desacreditar a cualquiera que alce el más mínimo cuestionamiento a su ídolo, sin siquiera analizar lo que han expresado. A veces alguien habla bien del Lápiz, pero con palabras que sus fans no llegan a comprender bien, y alguno de ellos lo interpreta como una ofensa y responde con una retahila de insultos. La fanaticada del Lápiz Conciente en las redes sociales representa el lado más fanático e irracional de la juventud y niñez dominicana.


Ejemplo :

A las menores les doy pila de mañe
Que yo fumo yerba para nadie es un misterio






Rep. Dominicana

27-septiembre-2012 · Publicado por : anónimo

México

991. La Chingada


¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la madre. No una madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz.
En la Anarquía del lenguaje en la América española, Darío Rubio examina el origen de esta palabra y enumera las significaciones que le prestan casi todos los pueblos hispanoamericanos. Es probable su procedencia azteca: chingaste es xinachtli (semilla de hortaliza) o xinaxtli (aguamiel fermentado). La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador; en Oaxaca llaman chingaditos a los restos del café; en todo México se llama chínguere o, significativamente, piquete al alcohol; en Chile, Perú y Ecuador la chingana es la taberna; en España chingar equivale a beber mucho, a embriagarse; y en Cuba, un chinguirito es un trago de alcohol.

Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado es un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burlado, fracasar. Chingar, asimismo, se emplea en algunas partes de Sudamérica como sinónimo de molestar, zaherir, burlar. Es un verbo agresivo, como puede verse por todas esas significaciones: descolar a los animales, incitar o hurgar a los gallos, chunguear, chasquear, perjudicar, echar a perder, frustrar.

En México los significados de la palabra son innumerables. Es una voz mágica. Basta un cambio de tono, una inflexión apenas, para que el sentido varíe. Hay tantos matices como entonaciones: tantos significados como sentimientos. Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios, en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de agresión en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir, hasta el de violar, desgarrar y matar se presente siempre como significado último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó". Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "hizo una chingadera".

La idea de romper y de abrir reaparece en casi todas las expresiones. La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónima del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha. Y provoca una amarga, resentida satisfacción en el que lo ejecuta.

Lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado. El chingón es el macho, el que abre. La chingada, la hembra, la pasividad pura, inerme ante el exterior. La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra. La idea de violación rige oscuramente todos los significados. La dialéctica de "lo cerrado" y "lo abierto" se cumple así con precisión casi feroz.

El poder mágico de la palabra se intensifica por su carácter prohibido. Nadie la dice en público. Solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante, justifican su expresión franca. Es una voz que sólo se oye entre hombres, o en las grandes fiestas. Al gritarla, rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresía. Nos manifestamos tales como somos de verdad. Las malas palabras hierven en nuestro interior, como hierven nuestros sentimientos. Cuando salen, lo hacen brusca, brutalmente, en forma de alarido, de reto, de ofensa. Son proyectiles o cuchillos. Desgarran. Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Machado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detritus y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo.

Hay, además del resentimiento, el gusto por los contrastes, que ha engendrado el estilo barroco y el dramatismo de la gran pintura española. Sólo un español puede hablar con autoridad de Onán y Don Juan. En las expresiones mexicanas, por el contrario, no se advierte la dualidad española simbolizada por la oposición de lo real y lo ideal, los místicos y los pícaros, el Quevedo fúnebre y el escatológico, sino la dicotomía entre lo cerrado y lo abierto. El verbo chingar indica el triunfo de lo cerrado, del macho, del fuerte, sobre lo abierto.

La palabra chingar, con todas estas múltiples significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles. Los fuertes los chingones sin escrúpulos, duros e inexorables se rodean de fidelidades ardientes e interesadas. El servilismo ante los poderosos especialmente entre la casta de los "políticos", esto es, de los profesionales de los negocios públicos es una de las deplorables consecuencias de esta situación. Otra, no menos degradante, es la adhesión a las personas y no a los principios. Con frecuencia nuestros políticos confunden los negocios públicos con los privados. No importa. Su riqueza o su influencia en la administración les permite sostener una mesnada que el pueblo llama, muy atinadamente, de "lambiscones" (de lamer).

El verbo chingar maligno, ágil y juguetón como un animal de presa engendra muchas expresiones que hacen de nuestro mundo una selva: hay tigres en los negocios, águilas en las escuelas o en los presidios, leones con los amigos. El soborno se llama "morder". Los burócratas roen sus huesos (los empleos públicos). Y en un mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.

La voz tiene además otro significado, más restringido. Cuando decimos "vete a la Chingada", enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos a la China, que es también inmensa y remota. La Chingada, a fuerza de uso, de significaciones contrarias y del roce de labios coléricos o entusiasmados, acaba por gastarse, agotar sus contenidos y desaparecer. Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.


Ejemplo :

Octavio Paz - Octavio Paz
De El laberinto de la soledad






México

19-enero-2011 · Publicado por : anónimo

México

992. chingar


¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la madre. No una madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz.
En la Anarquía del lenguaje en la América española, Darío Rubio examina el origen de esta palabra y enumera las significaciones que le prestan casi todos los pueblos hispanoamericanos. Es probable su procedencia azteca: chingaste es xinachtli (semilla de hortaliza) o xinaxtli (aguamiel fermentado). La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador; en Oaxaca llaman chingaditos a los restos del café; en todo México se llama chínguere o, significativamente, piquete al alcohol; en Chile, Perú y Ecuador la chingana es la taberna; en España chingar equivale a beber mucho, a embriagarse; y en Cuba, un chinguirito es un trago de alcohol.

Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado es un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burlado, fracasar. Chingar, asimismo, se emplea en algunas partes de Sudamérica como sinónimo de molestar, zaherir, burlar. Es un verbo agresivo, como puede verse por todas esas significaciones: descolar a los animales, incitar o hurgar a los gallos, chunguear, chasquear, perjudicar, echar a perder, frustrar.

En México los significados de la palabra son innumerables. Es una voz mágica. Basta un cambio de tono, una inflexión apenas, para que el sentido varíe. Hay tantos matices como entonaciones: tantos significados como sentimientos. Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios, en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de agresión en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir, hasta el de violar, desgarrar y matar se presente siempre como significado último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó". Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "hizo una chingadera".

La idea de romper y de abrir reaparece en casi todas las expresiones. La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónima del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha. Y provoca una amarga, resentida satisfacción en el que lo ejecuta.

Lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado. El chingón es el macho, el que abre. La chingada, la hembra, la pasividad pura, inerme ante el exterior. La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra. La idea de violación rige oscuramente todos los significados. La dialéctica de "lo cerrado" y "lo abierto" se cumple así con precisión casi feroz.

El poder mágico de la palabra se intensifica por su carácter prohibido. Nadie la dice en público. Solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante, justifican su expresión franca. Es una voz que sólo se oye entre hombres, o en las grandes fiestas. Al gritarla, rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresía. Nos manifestamos tales como somos de verdad. Las malas palabras hierven en nuestro interior, como hierven nuestros sentimientos. Cuando salen, lo hacen brusca, brutalmente, en forma de alarido, de reto, de ofensa. Son proyectiles o cuchillos. Desgarran. Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Machado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detritus y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo.

Hay, además del resentimiento, el gusto por los contrastes, que ha engendrado el estilo barroco y el dramatismo de la gran pintura española. Sólo un español puede hablar con autoridad de Onán y Don Juan. En las expresiones mexicanas, por el contrario, no se advierte la dualidad española simbolizada por la oposición de lo real y lo ideal, los místicos y los pícaros, el Quevedo fúnebre y el escatológico, sino la dicotomía entre lo cerrado y lo abierto. El verbo chingar indica el triunfo de lo cerrado, del macho, del fuerte, sobre lo abierto.

La palabra chingar, con todas estas múltiples significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles. Los fuertes los chingones sin escrúpulos, duros e inexorables se rodean de fidelidades ardientes e interesadas. El servilismo ante los poderosos especialmente entre la casta de los "políticos", esto es, de los profesionales de los negocios públicos es una de las deplorables consecuencias de esta situación. Otra, no menos degradante, es la adhesión a las personas y no a los principios. Con frecuencia nuestros políticos confunden los negocios públicos con los privados. No importa. Su riqueza o su influencia en la administración les permite sostener una mesnada que el pueblo llama, muy atinadamente, de "lambiscones" (de lamer).

El verbo chingar maligno, ágil y juguetón como un animal de presa engendra muchas expresiones que hacen de nuestro mundo una selva: hay tigres en los negocios, águilas en las escuelas o en los presidios, leones con los amigos. El soborno se llama "morder". Los burócratas roen sus huesos (los empleos públicos). Y en un mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.

La voz tiene además otro significado, más restringido. Cuando decimos "vete a la Chingada", enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos a la China, que es también inmensa y remota. La Chingada, a fuerza de uso, de significaciones contrarias y del roce de labios coléricos o entusiasmados, acaba por gastarse, agotar sus contenidos y desaparecer. Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.

Octavio Paz - Octavio Paz
De El laberinto de la soledad


Ejemplo :

DENOTANDO FRAUDE - Me chingaron
ROBO - Me (la/lo) chingaron
IGNORANCIA - Sepa la chingada
AMENAZA - Te voy a chingar
PRESUMIR - Soy el más chingón
DISTANCIA - Hasta la chingada
DESPRECIO - Vales para pura chingada
CELOS - Con quién chingados estabas?
INCONFORMIDAD - Son chingaderas!! Ya ni la chingan...
PETICION - Vete a la chingada
CALIFICATIVO - Chingaquedito
HOSTILIDAD - Y tú quién chingados eres??
FRUSTRACION - Ah que bien chingas!!!
TERMINAL - Ese ya chingó a su madre
INCERTIDUMBRE - Y no nos irán a chingar??
ORDEN- chingatelo
CERTEZA - Ya nos chingaron
ADVERTENCIA - Síguele y te va a cargar la chingada
INCOMPETENCIA - No sé que chingados hacer.
DISCRECION - Chingao
ENOJO - Que vaya y rechingue a su madre
COMPASION - Que fea chinga le metieron
TRIUNFALISMO - Ya chingué
DERROTISMO - Me chingué
HUMORISMO - Está bien que chingues pero... a tu madre la respetas!!!
DESPEDIDA - Vámonos a la chingada
CHISME - ¿Supiste a quién se chingaron ayer??
ADMIRACION - Tá chingón!!!!
ANTIMODERNISTA - Que chinguita con los celulares
INCREDULIDAD - Ah!! chingá, chingá, chingá!....
ABURRIMIENTO - Pos ah, que la chingada
DENOTANDO UN ERROR - Está de la chingada






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